En el ámbito comercial el mundo ha vivido cambios en el Siglo 21. Primero una severa crisis económica generada en Estados Unidos en 2008, cuyos efectos impactaron a una gran cantidad de países, entre ellos a México en 2009. Después tenemos un cambio de paradigma con respecto a instituciones comerciales, promovido por Inglaterra, al buscar su separación de la Unión Europea.

Le siguió EU con su separación del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) en 2017 y desafió a los acuerdos (i) plurilaterales, (ii) multilaterales y (iii) bilaterales en vigor, como por ejemplo, (i) el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y su eventual renegociación; (ii) la falta de nombramiento de miembros del Órgano de Apelación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la creencia de falta de efectividad del mecanismo de solución de controversias de esa organización; así como (iii) la renegociación del acuerdo comercial suscrito entre EU y Corea.

Se trata de un importante cambio de timón, los ganadores de la Segunda Guerra Mundial, promotores de las instituciones internacionales, dan marcha atrás a su visión plurilateralista y multilateralista. Tal vez los eventos sucedidos el 11 de septiembre de 2001, y los hechos violentos que siguieron en Inglaterra, España y Francia, fueron detonantes de ese cambio.

Trastornos violentos han seguido en la segunda década del Siglo 21. Donde al parecer se asoman dos premisas fundamentales; por un lado, la migración hacia los países del primer mundo. Por el otro, la facilidad con la que se realiza el movimiento de capitales, de empresas y de tecnologías, los cuales ponen en riesgo los beneficios y estabilidad de los trabajadores del primer mundo. Al menos en la visión estadounidense, las condiciones económicas y sociales eran mejores en el siglo 20

Así surge un eslogan, apoyado por los votantes estadounidenses, Make America Great Again. Al parecer, la apertura de su mercado a productos extranjeros no ha garantizado el crecimiento económico esperado. Se parte de la creencia de que para estar bien se debe contar con una balanza favorable. Así, los números no mienten, el saldo comercial de EU con varios países es desfavorable, por tanto, la renegociación de los acuerdos debe empezar. No perdamos de vista, si bien EU y China no mantienen un acuerdo bilateral, este segundo país ingresó formalmente a la OMC en diciembre de 2001, desde entonces se ha beneficiado de aranceles bajos, con lo cual ha mantenido un crecimiento en exportaciones a gran cantidad de países.

Bajo los compromisos de campaña de Donald Trump, la salida del TPP y la renegociación del TLCAN no podían esperar. Frente a esto la estrategia de los 11 países restantes del TPP, fue la de firmar el 8 de marzo pasado el ahora denominado Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés).

Con respecto al TLCAN, Canadá y México han confirmado que requiere de una modernización. Para EU, las ideas están claras, a fin de aderezar su estrategia, a finales de 2017 aprueba reformas a su sistema fiscal, para favorecer su economía, recuperar capitales y empresas que salieron de la nación y, en general, hacer más atractivo al país para las inversiones y los emprendedores.

México desde el inicio del TLCAN ofrecía a Canadá y EU importantes beneficios relacionados con mano de obra y garantizaron una baja en costos de fabricación. Por ello, no es extraño que automotrices, entre ellas europeas y asiáticas, instalaran en las últimas dos décadas diversas plantas en México.

Valga decir, los expertos reconocen, las industrias automotriz y aeronáutica son de nivel mundial. Menudo problema, bajo los intereses de la propuesta original estadounidense en la renegociación del TLCAN, esto es, la regla de origen de los productos sea de 85% de mercancías de la región y al menos 50% corresponda a insumos fabricados en EU. Al parecer en las últimas semanas la propuesta ha cambiado. Ahora se centra en asegurar que los salarios a los trabajadores de la industria automotriz sean correspondientes, lo cual obligará a México a incrementarlos. Está de pensarse, sobre todo desde la vertiente patronal, la cual por cierto es estadounidense.

Otro de los grandes temas sensibles en la renegociación del TLCAN, es la sunset clause, o muerte súbita, según la cual el acuerdo terminará una vez cumplidos cinco años y sólo con un nuevo tratado puede continuar; al extremo de que si alguno de los países no está de acuerdo puede retirarse.

Según información en diversos medios, la octava ronda de negociaciones está por realizarse en Washington del 8 al 16 de abril, la cual fue cancelada, lo que confirma la incertidumbre del acuerdo comercial. Primero, porque de 30 mesas, sólo seis han concluido. Segundo, por las campañas electorales en México, las cuales Trump reconoce, interfieren con las renegociaciones del TLCAN.

El ámbito comercial mundial empieza a nublarse, debido a la noticia en estos primeros días de abril, de que China aumenta aranceles a una gran cantidad de productos provenientes de EU.

Motivo por el cual algunos afirman, la guerra comercial comenzó y habrá muchas cosas más por venir, sobre todo cuando dos rinocerontes comerciales se pelean. Así, sea como empleado, empresario, importador o exportador, es mejor mantenerse informado y reaccionar a la brevedad ante los cambios. Unas puertas se cierran y otras se abren. Éxito.

Presidente de la Comisión de Comercio Internacional de la Vicepresidencia Fiscal Instituto Mexicano de Contadores Públicos

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